Todo el mundo sabe que demasiado azúcar es malo para ellos. Pero, ¿sabías que el azúcar realmente juega un papel importante en nuestro cuerpo? Técnicamente, el azúcar es una fuente de carbohidratos y energía cuando se incluye en nuestra dieta. Sin embargo, hay varios tipos diferentes, como la glucosa, la fructosa, la lactosa y la sacarosa. Para evitar los problemas de salud que pueden derivarse de comer demasiado azúcar, es importante poder distinguir entre “bueno” y “malo”.
El azúcar generalmente se usa como una palabra para describir los alimentos dulces y procesados, pero en realidad se puede encontrar en la mayoría de los alimentos y bebidas. El azúcar se encuentra de forma natural en cosas como frutas, verduras, miel y lácteos, mientras que se añade a otras cosas como pan, pasteles, yogur, pasteles, barras de muesli, aperitivos y más.
Si bien puede ser parte de una dieta saludable si se come con moderación, la mayoría de las personas se equivocan en el lado de la indulgencia excesiva. Y si eres una de esas personas que piensan que comen demasiado azúcar, ¿cómo puedes saberlo? Estas son las 10 señales más obvias de que estás comiendo demasiado de los dulces.
1. Aumento de peso
Es probable que el aumento de peso sea uno de los primeros y más obvios signos de que estás comiendo demasiado azúcar. Esto se debe a que el azúcar engorda de forma única para el cuerpo humano. Se compone de dos moléculas: glucosa y fructosa. La glucosa se puede hacer a partir de nuestro cuerpo, y cuando se ingiere, es metabolizada por todas las células de nuestro cuerpo y se convierte en energía. Sin embargo, la fructosa solo puede ser metabolizada por el hígado.
Si bien los individuos sanos y activos pueden ingerir y metabolizar la fructosa fácilmente porque su hígado la convierte en glucógeno, una gran molécula que permite a nuestro cuerpo almacenar glucosa para su uso posterior, la mayoría de nosotros ya tenemos suficiente glucógeno en nuestros hígados, y nuestros cuerpos convierten la fructosa en grasa en su lugar.
Es importante tener en cuenta que toda la fructosa no es inherentemente “malvada”, a pesar de que podría sonar así. La fructosa es dañina solo en exceso. Comer pequeñas cantidades de fructosa cuando se encuentra en la fruta no causará daño, a menos que los profesionales de la salud le hayan aconsejado que minimice su ingesta de fruta o que sea diabético.
Si notas que estás ganando demasiado peso, es importante tomar medidas para revertirlo. Sustituya los alimentos procesados por alimentos reales como frutas frescas, verduras, granos enteros y proteínas magras, limite los alimentos que contienen sodio (sal), recorte todas las bebidas azucaradas, como las bebidas energéticas y los refrescos, y apunte a hacer suficiente ejercicio, como caminar media hora antes de la cena. La actividad aeróbica aumentará su metabolismo y motivación, por lo que es menos probable que tenga segundos o tercios con la cena y que sea más probable que vuelva a caminar al día siguiente.